as vacunas le enseñan a tu cuerpo a luchar contra la enfermedad.
Las vacunas de COVID-19 le dan a tu cuerpo las instrucciones para saber como se ve el coronavirus. Luego tu cuerpo descompone la vacuna y la elimina. Si contraes el virus más tarde, tu cuerpo puede reconocerlo y atacarlo de inmediato. Tienes menos probabilidades de enfermarte gravemente porque tu cuerpo está preparado.
No puedes contraer COVID-19 por las vacunas.
Las vacunas no contienen ningún coronavirus vivo, por lo tanto no te pueden contagiar con la enfermedad. Después de vacunarte, es posible que te sientas cansado, tengas dolor en el brazo o tengas fiebre durante uno o dos días. Eso es normal— significa que tu cuerpo está construyendo protección.
Las vacunas son súper buenas para prevenir enfermedades graves.
Si bien es posible que las vacunas no eviten que te infectes, pueden salvarte la vida. Las personas sanas de cualquier edad pueden desarrollar síntomas graves y duraderos, con mayor riesgo si padeces obesidad, diabetes o presión arterial alta. La mayoría de las personas que han sido hospitalizadas recientemente por COVID-19 no se han vacunado. Y si ya has tenido el virus, las vacunas pueden ayudarte a protegerte si te enfermas de nuevo.
Las vacunas de COVID-19 han sido cuidadosamente probadas para garantizar su seguridad.
Miles de voluntarios de diferentes edades, razas, etnias y comunidades ayudaron a los investigadores a asegurarse de que las vacunas sean seguras para todos. Millones más en todo el mundo han recibido las vacunas de forma segura. Cuando te vacunas, los doctores te observan de cerca por cualquier efecto raro e involuntario. No hay evidencia que las vacunas afecten tu habilidad de tener hijos. En general, los riesgos de COVID-19 son mucho más graves que los riesgos de las vacunas.
Esta bien tener preguntas sobre las vacunas de COVID-19.